La ceremonia de la Entronización se hace una sóla vez, pero el compromiso se formula para toda la vida. Incorporados a la Iglesia en las aguas vivas del Bautismo, santificados por el sacramento del Matrimonio y sustentados por la frecuente recepción de la Eucaristía, los miembros de la gran familia de la Entronización, individual y colectivamente, hacen público su compromiso de trabajar en la santificación de la familia y la transformación de la sociedad.
El Padre Mateo estaba convencido de que la santificación de la familia, era un medio imprescindible para promover el Reino de Dios en este mundo y que la Entronización del Sagrado Corazón en el Hogar, puede contribuir poderosamente a la santificación de la familia.
Hoy día la familia juega un rol muy importante en la promoción del Reino de Dios, y la Entronización es un recurso ya probado para lograrlo siempre y cuando, se tengan en cuenta los elementos esenciales de la Entronización en el Hogar tal y como P. Mateo recalcó y observó.