Una cualidad extraordinaria del Padre Mateo fue su inquebrantable compromiso con el apostolado, convencido que le había inspirado el Señor. Recibió grandes bendiciones y regalos de parte del Sagrado Corazón de Jesús. Los obstáculos, la oposición, y el constante viajar no pudieron apagar el ardor de su celo de dar a conocer el amor del Sagrado Corazón, extendiendo el Reinado del Sagrado Corazón por el mundo entero.
El P. Mateo además de ser un hombre de profunda fé, consagrado al amor de Dios manifestado en el Corazón de Jesús, fué un gran predicador y organizador, que removía hasta los corazones más duros de los oyentes, y su gran habilidad de organizador.
Sus libros “Jesús Rey de Amor”, “La Santa Misa” y “Veinticuatro Horas Santas” fueron traducidos a varios idiomas y fueron muy difundidos. Miembros de otras órdenes religiosas se interesaban mucho en sus retiros y conferencias, transcribiéndolas y haciendo copias para los que no podían asistir a sus charlas. Realizó revistas de la Entronización, editadas en diversas lenguas. Para llegar con su mensaje al mayor número de grupos posible, creó asociaciones subsidiarias como la “Adoración Nocturna en el Hogar”, “El Apostolado del Sufrimiento”, “Los Tarsicios” y muchas otras.