Un Recinto de Oración y Meditación
Este Recinto está abierto todos los días del año, para dar la bienvenida y acoger a todos los peregrinos que visitan la Basílica, ofreciéndoles un espacio de paz, oración y meditación sobre el mensaje concreto de las Bienaventuranzas. En su recorrido por el Camino de las Bienaventuranzas, el peregrino tendrá la oportunidad de trasladarse al Sermón de la Montaña de Jesús y meditar sobre las enseñanzas del camino que nos llevan a Él; así como el verdadero sentido de la felicidad y la dicha que nos ofrece Cristo, al ser parte de su Iglesia.
El recinto nace a través de la difícil situación por la que atraviesa nuestro país, con la idea de heredar un mejor mundo a nuestros hijos. Creada por un grupo de familias mexicanas, con la finalidad de trazar un camino de enseñanza a través de valores, dejando así un legado de esperanza en un punto muy especial de encuentro con Cristo, como es la Basílica de Guadalupe.
Este recinto fué instalado en un jardín lateral, cerca de la escalinata que dá acceso a las capillas del Cerrito. El nuevo monumento de bronce, de 9 metros de alto, presenta a Cristo de cuerpo entero coronado como Rey, con su Sagrado Corazón expuesto, con el cetro en su mano izquierda y su mano derecha en señal de bendición, en forma similar a como es representado en el Cristo de la Misericordia, de acuerdo a la vidente polaca Sor Faustina Kowalska. La imagen se encuentra posada sobre un globo terráqueo hecho con material de cantera, que lo confirma como Rey del Universo. La obra fué realizada por el escultor Francisco Cárdenas.
El monumento se encuentra precedido por un arco de cantera, con un portón en el centro enmarcado por 2 mosaicos venecianos a los lados; a la izquierda la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y a la derecha la imagen del Inmaculado Corazón de María, que dan la bienvenida a los peregrinos. Estos fueron realizados por artesanos mexicanos del taller de Kolorines.
Al entrar se puede apreciar el Camino de las Bienaventuranzas constituido por 10 estaciones de Cantera, dedicadas a recordar el Evangelio de las Bienaventuranzas, que Jesús pronunció junto al Mar de Galilea que es el camino que nos llevan al Reino de Cristo.
Este jardín se convierte en un atractivo más del santuario, además de la importancia religiosa de estas imágenes.