SAGRADO CORAZÓN

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús, tiene que ver con todas las espiritualidades, atañe a todo católico. Porque del Corazón de Jesús brota todo el Amor y Misericordia de Dios por la humanidad.

Te invitamos a que, desde donde Dios te ha llamado a trabajar por Su Reino, ya sea en el movimiento, apostolado o parroquia que te encuentres, o en tu hogar o tu trabajo, te consagres de manera especial dando Gloria, Amor y Reparación a este Sagrado Corazón de Jesús, que derramó por ti y por mi, hasta la última gota de Su Sangre, para salvarnos y abrirnos las puertas del Cielo, para poder al final de nuestros días regresar a los brazos de Dios Padre, al Cielo.

Dijo Pío XII: “Esta devoción no es otra cosa que la entrega afectuosísima a Cristo en toda su amplitud, desde su amor increado, hasta las palpitaciones de su amor humano creado, que son como ondas patentes y visibles, trasladadas a nosotros desde el mar inmenso de aquel amor”.

(Carta Encíclica “Haurietis Aguas” sobre el Culto al Sagrado Corazón de Jesús)

Y la oración después de la Comunión, en la Festividad del Sacratísimo Corazón de Jesús, nos hace pedir al Señor que: “Este Sacramento de su amor, encienda en nosotros el fuego de la caridad que nos mueva a unirnos más a Cristo y a reconocerle presente en los hermanos”.

(Manual de la Archicofradía de la “Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús”. 1904)

Amor a Dios y amor a nuestros hermanos es la suma de la ley, que se realiza de modo admirable en la práctica de la devoción al Corazón de Jesús.

El apóstol de Cristo que quiera dar en el mundo testimonio de su fe y trabajar por el Reino de Dios en la tierra, encontrará en la devoción al Corazón de Jesús, una fuente inextinguible de energía que hará brotar del interior de su alma las más generosas decisiones.